"Antes de los orgánicos, las máquinas eran de metal, frías y sin sentimientos; la energía se producía por combustión interna y solo soñábamos con la fusión mientras consumíamos cada gota de petróleo que había en el planeta. Apenas nos salvamos. Tuvimos que recoger a nuestros muertos y ceder sus cuerpos para alimentar las calderas que generaban la energía cuando se acabó el fósil y siempre seguimos evolucionando.
Creamos una forma de generar energía a partir de las cenizas de los cadáveres que día con día aumentaban su valor comercial y tú, te conformas con estar conectado a la red, sumándote implantes porque cada cable es vital, dices, para digitalizar tus sensaciones.
¡Basura, digo yo!
Antes de los orgánicos trabajábamos con nuestras manos y nos transportábamos con nuestros pies. La fuerza motriz de tus piernas podía trasladarte de un lugar a otro con dispositivos mecánicos que no creerías que existieron si no tuviéramos esa vieja bicicleta en el sótano. Mi hijo se divertía tanto con ella.
Puedes conectarte con ellos tan rápido como evolucionan y te sientes parte de la sociedad digital mientras tengas cables conectados por el culo, por los ojos, por la boca o por cualquier otro orificio que te hagan en el Centro, para ti es muy fácil. Dices que estás en todo y con todos a través de un cable de fibra óptica que te pone el mundo a los pies.
¿Qué carajos vas a hacer cuando eso te falte?
Ya lo se, vas a poner tu cara de pendejo porque no sabes ni de dónde vienes, menos a donde vas.
Antes de los orgánicos usábamos herramientas como estas, que ahora son tuyas. No se hable más, yo tengo tiempo prestado y tu tienes mucho que aprender."